"En
Capilla 9/12/40
Madre
querida, en el momento en que vivo quiero decirle mis últimas palabras, aunque
sé que le causará mucho dolor como madre, pero la pido que tenga fuerza y no
deje vencer por el dolor.
Vuestro
esfuerzo sé que ha sido muy grande, pero qué vamos a hacer. Lo que pido es que
al que haya hecho mal que me perdone, como yo los perdono.
Madre
querida me encuentro muy orgulloso de ser su hijo. Todos los consejos que usted
me ha dado los he sabido coger. Usted ha sido una madre y muy buena para todos
sus hijos. También la digo que aunque yo la dejo pero la dejo bien porque sé
que mis hermanos que aún quedan sabrán seguir cumpliendo como hasta ahora lo
hemos hecho todos para que no la falte de nada.
Abuelita
mía que dolor tan grande tengo, pero por mí no lo siento porque aunque en este
momento me amenaza la muerte sabré morir con la sonrisa a los labios, porque
sabré morir y pensando en mi santa madre la que tanto sufrió para vernos y
hacernos unos hombres a fuerza de muchos sacrificios.
Querida
madre, te pido otra vez que tengas resignación y resignación y pienses mucho en
mí como yo en este momento y hasta el último te tengo en mi corazón como hijo
tuyo.
Si
siento el morir es por tener que morir tan inocente y pagar lo que no he hecho,
pero perdona como yo perdono al que mal me ha hecho.
Para mis
hermanos les pido que sigan siendo tan buenos como hasta ahora lo hemos sido
para usted.
Madre,
recuerdos para todos los vecinos. Les da las gracias a todos por el bien que
han hecho por mí.
Adiós
querida madre. Hasta que nos veamos allá en el cielo, que sea para muchos años.
A mi
sobrino Tonín que se eduque. Recuerdos para mis tíos y primos todos.
Adiós
madre y hermanos. Conformidad, conformidad.
Recibe
mi último abrazo de mi vida.
Su hijo,
P. Montón"
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