Mostrando entradas con la etiqueta Trece Rosas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Trece Rosas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de agosto de 2020

Vista, fallo y ejecución en el mismo día. La justicia de la Nueva España

El 5 de agosto de 1939, cuando tuvo lugar la brutal saca que acabo con la vida de 56 jóvenes comunistas en el Cementerio del Este de Madrid, había sido precedido ya por el 17 de mayo, en una labor del régimen por intentar exterminar el "gen rojo" que se prolongó durante toda la dictadura franquista, y cuyo poso aún se manifiesta incluso en algunas mentalidades.
Como se puede leer en este suelto de ABC del jueves 18 de mayo de 1939, justo encima de las informaciones taurinas, ocho jóvenes militantes de la JSU pertenecientes al nucleo de Chamartín de la Rosa / Tetuán de las Victorias, son sometidos a juicio sumarísimo de urgencia (nº 13896) a primera hora de la mañana, resultando ocho condenas a muerte (pleno) y, como si no fuera a haber un mañana, los ocho fueron fusilados a última hora de la tarde de ese mismo día. 
Sus edades oscilaban entre los 18 y 24 años. Su delito: organizarse para plantar cara al fascismo. Entre ellos, se encontraba Julián Muñoz Tárrega, quien confió en su amiga Anita López Gallego para integrarla en el grupo dirigido por Sergio Ortiz, junto a Martina Barroso, Victoria Muñoz y Elena Gil.Y una saca lleva a la otra y así, como los ocho tumbados, hasta el infinito. 
Se avanza en reparación y reconocimiento si las efemérides consolidadas sirven también para sacar a flote el resto de la historia.
Por todas ellas y por todos ellos (sólo junto a esas tapias 2.936)


DIEGO DE DIEGO, Daniel de. 21 años. Chamartín de la Rosa (Madrid). Vecino de Tetuán de las Victorias (Madrid). Tipógrafo. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

FERNÁNDEZ MORENO, Julián. 22 años. Chamartín de la Rosa (Madrid). Vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Cerrajero. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

FERNÁNDEZ VERA, Joaquín. 18 años. Tetuán de las Victorias (Madrid). Vecino de Tetuán de las Victorias (Madrid). Chapista. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

GÓMEZ ALONSO, Ricardo. 19 años. Madrid. Vecino de Madrid. Escultor decorador. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

MUÑOZ GARCÍA, Gregorio. 24 años. Madrid. Vecino de Tetuán de las Victorias (Madrid). Telefonista. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

MUÑOZ TÁRREGA, Julián. 24 años. Madrid. Vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Albañil. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

ORTIZ GONZÁLEZ, Sergio. 22 años. Madrid. Vecino de Chamartín de la Rosa (Madrid). Marmolista. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

PÉREZ SÁNCHEZ, José. 22 años. Linares (Jaén). Vecino de Madrid. Confitero. JSU. Fusilamiento 17/05/1939. Inhumación 18/05/1939.

Fuente: Hernández Holgado, F y Montero Aparicio, T (2020): "Morir en Madrid (1939-1944). Las ejecuciones masivas del franquismo en la capital", Madrid, Machado Libros.

viernes, 24 de febrero de 2017

Que mi nombre no se borre en la historia (Julia Conesa Conesa)


"Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente.
Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.
Adiós, madre querida, adiós para siempre.
Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar.
Besos para todos, que ni tú ni mis compañeros lloréis.
QUE MI NOMBRE NO SE BORRE EN LA HISTORIA."

jueves, 6 de agosto de 2009

Mataron también a "43 claveles"

(Algunas de las muchas víctimas de la Represión franquista en Madrid)

Un grupo de prisioneros fue ejecutado esa misma noche en la misma tapia
N. J. - Madrid - 06/08/2009

"El día que fusilaron a las Trece Rosas mataron también a 43 claveles", recordaba ayer Concha Carretero, una de las supervivientes de aquella madrugada sangrienta en el cementerio de La Almudena. Los hombres fueron fusilados antes. "Muchas de las Trece Rosas iban con la esperanza de morir junto a sus novios, las pobres". En la misma tapia y el mismo día fue ejecutado Pedro Lillo, un mecánico de 33 años afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas.

De su padre, Josué Lillo tiene apenas dos recuerdos. El primero es de la última vez que le vio con vida. "Una vecina viuda de un policía hizo una gestión para que nos dejaran visitarle en la cárcel poco antes de que lo fusilaran. Me puso en sus rodillas y me dijo: 'Hijo, ve siempre con la cabeza bien alta, que tu padre no ha matado a nadie'. Yo tenía sólo seis años, pero de algo así no te olvidas".
El segundo es del día en que rescató su cuerpo de una fosa común. "A los 11 años del fusilamiento nos llamaron del cementerio para ver si queríamos exhumarle. Mi madre le reconoció por el traje de rayas azul marino que llevaba. Había otras familias, mujeres, niños haciendo lo mismo que nosotros. Fue tétrico".

En plena posguerra no pudieron pagar una sepultura permanente, así que lo enterraron en una temporal con su nombre. "A los 10 años, cuando cumplía el plazo, no nos localizaron y con el tiempo lo perdimos de nuevo. Mi madre se puso enferma el día que lo sacamos. Hoy daría lo que fuera por poder enterrarlos juntos", explica emocionado Josué Lillo. No podrá.
El historiador Julián Casanova explica que en las grandes ciudades, con las ampliaciones de los cementerios, las fosas comunes se cubrieron de cemento. "En la mayoría de los casos no se intentó localizar a los familiares para ver si querían trasladar a su muerto y con el paso del tiempo fueron incinerados".
El cuerpo de Pedro Lillo se ha perdido para siempre y como él los de cientos de republicanos ejecutados en La Almudena. "Durante años, subíamos, como un reguero de hormigas en silencio, decenas de mujeres, niños y algún hombre, al cementerio para estar cerca de nuestros muertos. Todo eran llantos contenidos porque a los rojos tampoco les dejaban llorar", recuerda Josué. "En la tapia siempre había restos de fusilamientos: sangre, lápices de carpintero... Mi madre solía taparlos echando tierra. No cobró pensión de viuda hasta 1980. Era una mujer excepcional. Después de todo lo que había sufrido, no permitió jamás que odiáramos a nadie. Y lo consiguió".

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Mataron/43/claveles/elpepiespmad/20090806elpmad_8/Tes/

domingo, 10 de agosto de 2008

Las zapatillas de Martina Barroso

Martina Barroso, bordó en la cárcel de Ventas estas pequeñas alpargatas para su sobrina Lolita. Son el "no me olvidéis" de una mujer horas antes de ser ejecutada, y un legado para las mujeres de la familia que dan con ellas sus primeros pasos. Paloma las recibió de su madre y ésta es la primera vez que podemos verlas. Gracias por compartirlas con nosotros. (Fotografía envíada por su sobrina nieta, Paloma Masa Barroso)

"(...) ¿Qué es esto que me das, Martina? - acertó a decir Encarna. - Las he bordado con el hilo que he podido arañar del taller de labor. Son unas zapatillas de esparto con una mariposa bordada. Dáselas a mi sobrina Lolita, que dentro de unos pocos días cumplirá dos años. Son para ella y para la hija que tendrá. Para que caminen por el dilatado mundo que no conoceré. Que vivan la vida que no podré vivir.(...) (...) Estas zapatillas significan "no me olvidéis". Fueron su carta de despedida en la mañana del fusilamiento.Las cosió para mí, para ti. Para la hija que tendrás y para la hija de tu hija. Significan lo que tú quieras que signifiquen. Son tuyas igual que un día me pertenecieron a mí. Yo caminé un tramo de mi vida sobre ellas y tú misma, sin ahora recordarlo, también diste tus primeros pasos sobre ese esparto bordado a mano por una presa.(...) "

Martina, la rosa número trece. Ángeles López.

martes, 5 de agosto de 2008

5 de Agosto de 1939


Hace ya muchos años, que familiares y compañeras de los fusilados por el franquismo el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, acuden a primera hora de la mañana al lugar para recordar en compañía, llevar flores frescas y entonar los himnos que cantaron juntos con la misma ilusión y esperanza.

Sobra explicar, que para los recién llegados en el tiempo, el mayor orgullo y aliciente en cada homenaje, es compartir el momento y los sentimientos con quienes fueron también víctimas del fascismo, sus compañeras y compañeros, sus descendientes, sus camaradas. Ellas y ellos son, con su tesón, quienes siguen manteniendo en guardia al burgués insaciable y cruel.

Por cada ausente puño que vale por cientos, como el de Rosario, parece surgir un nuevo centenar de voces cada año para recordarnos que, al contrario que el olvido y la fiesta, el reconocimiento y la lucha no tienen fin. Si están Concha, Nieves, Maruja, Carmen, Paquita,…, no es necesario seguir pasando lista. Estamos todos.

Hace pocos años que el PC asumió la organización de la cita del 5 de Agosto, además de como un obligado apoyo y reconocimiento a su militancia asesinada (la mayoría de los fusilados en aquella saca eran comunistas, incluidas las Trece Rosas), también como una ocasión más para demandar justicia para el resto de víctimas del franquismo. Es de agradecer.

Cada marzo, cada abril, cada agosto…, la gente idealista de bien, seguiremos acercándonos a los ardientes ladrillos de los restos de un muro que fue testigo inerte del asesinato de miles de ciudadanos, de millares de rosas, para seguir clamando justicia, memoria y libertad para todos.




martes, 3 de junio de 2008

Martina, la rosa número trece


Martina es un ser de luz....Y yo he escrito una historia de los que no tienen historia. Es el homenaje a una mujer que no llegó a cumplir los 23 años, pero no por culpa del cáncer o las fiebres tifoideas... La mataron, como a otros muchos mil, los ganadores de una guerra. Pero, a la hora de escribir este libro nunca tuve la intención de reivindicar nada. Tampoco, ánimo de denuncia. Es más, creo que si Martina hubiera vivido en los noventa, no hubiera militado en ningún partido... posiblemente se dedicaría a causas sociales(Leer más)

domingo, 1 de junio de 2008

Trece Rosas Rojas


Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Avelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que así se llamaban Las Trece Rosas, no habían cometido más delito que defender la legalidad republicana contra el alzamiento militar del 36 y todas, salvo Blanca, la mayor de ellas con 29 años y la única casada y con un hijo de 11, militaban en la JSU, en el PCE, o en ambas organizaciones a la vez. Ni eran protagonistas ni lo pretendían, aunque los acontecimientos les reservase ese papel.

viernes, 23 de mayo de 2008

Julia Conesa



"Que mi nombre no se borre en la historia"
Fueron las últimas letras que escribió esta joven, conocida como una de las "Trece rosas" antes de su fusilamiento el 5 de agosto de 1939.