Mostrando entradas con la etiqueta Almudena Grandes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Almudena Grandes. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de agosto de 2008

"Botella al mar"


Y antes de llegar al cementerio ocurrían otras cosas...

“Mi padre tiró este papel desde el camión que le llevaba a su último destino. Como él, otros mártires lanzaban esta "botella al mar". Era para ellos la manera de avisar sus familiares que ellos ya no volverían. ¿Cuántos de estos mensajes no llegaron a sus destinos por caer en manos "enemigas" o inconscientes? Nosotros tuvimos "suerte" pues este papel, recogido por una persona de corazón fue entregado a la familia.” Esto nos contaba Abel Zabalza al enviarnos esta fotografía.

Fue Almudena Grandes la primera que nos contó como esos mensajes se dejaban caer desde los camiones, cuando éstos reducían forzosamente su marcha al entrar por la antigua y destartalada carretera de Vicálvaro (lo que es hoy la Avd. de Daroca.) Nos habló de una de esas familias en la que una mujer escondía entre sus ropas estos mensajes y a nosotros nos dio un brinco el corazón. ¿Se conservarían esos papeles? ¿Los lograrían entregar? Y ante esas preguntas sin respuestas bastaba haber llegado a conocer la buena intención de esa persona y su valiente gesto.
No solo papeles, todo tipo de mensajes, a veces ocultos en cajitas, papel de fumar o en cualquier cosa que pudiese ser enviada al exterior, salieron de las cárceles madrileñas. En ellos enviaban las últimas despedidas, confiando en que pudiesen llegar a los familiares y dejar así constancia de que morían inocentes.
Y somos muchos los que soñamos que esto, aún es posible que suceda.

jueves, 14 de agosto de 2008

Andando al cementerio. De Casildas e hijos


A pesar de las condiciones imposibles, esposas, madres, hijos y compañeros, acudían con frecuencia junto a las fosas de sus familiares fusilados. Josue Lillo cuenta como vivió de chiquillo aquella experiencia:
"Los que estuvimos cerca de aquello no lo podremos olvidar y tenemos que contarlo para que quede en la memoria del pueblo.

Subíamos andando campo a través, desde Vallecas, por el camino del “Barrio de las latas” (hoy Moratalaz), y subiendo la cuesta llegábamos hasta las tapias del cementerio. Un reguero de mujeres, niños y algunos hombres, todos de negro... Era tanta la gente que acudía que parecíamos hormigas unas detrás de otras.

No contentos con lo que habían hecho, nos obligaban a dar la vuelta al cementerio (a la entrada más lejana) para llegar al mismo sitio y poder acercarnos a las tumbas de nuestros seres queridos.
Ya ante las tumbas todo eran llantos contenidos , pues no se podía llorar porque éramos rojos y no teníamos derecho a acordarnos de los nuestros.
Fueron años de hambre, miedo, soledad, miseria y todas las penurias imaginables.
Cuando iba con mi hermano, los dos solos y agarrados de la mano, aunque éramos muy niños las miradas las sentíamos dentro causándonos dolor, pues había de todo: unas nos despreciaban, a otras les inspirábamos lastima y otros pocos, que fueron los mejores nos dieron protección y cariño." Josue Lillo.

Almudena Grandes, también retrata a través de Casilda (personaje de "El Corazón helado"), el tesón y coraje que mostraron las familias de las víctimas del franquismo.