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domingo, 16 de enero de 2022

El día de la derrota

"El día de la derrota: 1 de abril de 1939", programa emitido en 1984 en el que diversas personas del bando republicano expresan sus vivencias del final de la Guerra Civil. Cuatro testimonios recogidos en 1984: el primer es de Manolita del Arco, militante comunista, que pasó cerca de 20 años encarcelada... Manolita nos habla de su experiencia del final de la guerra y la junta de Casado. 


viernes, 10 de octubre de 2008

Cárcel de Ventas. Presas de Franco


[...] Mujeres como Tomasa Cuevas, Manolita del Arco, Juana Doña, Nieves Torres, María Salvo, Trinidad Gallego, Soledad Real, Leonor Estévez, Mari Carmen Cuesta, Carlota O’Neill, Concha Carretero, Maruja Borrell, Matilde Landa, Ángeles García-Madrid, Josefina Amalia Villa y otras muchas mujeres forman parte de una generación -la de la II República y la Guerra Civil- cuya memoria e historia tan sólo de forma muy lenta comienza a ser conocida. Una primera generación de presas políticas del franquismo que forma parte misma del “sustrato democrático” de todas aquellas luchas, reivindicaciones y conflictos que durante el siglo XX en España pusieron entredicho, con más frecuencia e impacto del que se ha supuesto, el modelo de sociedad dominante.
Si hoy podemos hablar del «fracaso histórico del franquismo», no es ni por las “reconversiones democráticas” de ciertos “intelectuales” del franquismo, ni por las propias evoluciones internas de los clanes de poder de la dictadura, ni por olas democratizadoras a nivel internacional, como mantienen ciertas visiones elitistas del pasado y de la sociedad. Los verdaderos protagonistas que nos ayudan a explicar este fracaso son actualmente mucho menos conocidos, y sus nombres no suelen figurar en calles, plazas o parques. Nos referimos a la militancia antifranquista de base perseguidos por la dictadura y, muy en particular, a las presas políticas de las dos primeras décadas de vida del régimen. Mujeres jóvenes que, vinculadas a la política de la mano de las reformas republicanas, fueron castigadas por su osadía -la osadía de desafiar al fascismo, pero también a una sociedad patriarcal de raíces seculares- con largas penas de cárcel e incluso con la muerte
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[...] La exposición Presas de Franco se propone contribuir a visualizar la experiencia penitenciaria femenina de las primeras décadas de la dictadura franquista, a partir de un diálogo continuo entre memoria e historia, donde se conjuguen las imágenes y los documentos con el recuerdo y los testimonios de las mujeres encarceladas. Documentación y fotografías de variado origen, tanto de archivos personales como públicos, conviven con los recuerdos -grabados y transcritos- de las verdaderas protagonistas de la exposición. Al mismo tiempo, el recorrido por los diferentes ejes temáticos -los niños en prisión, el trabajo, la resistencia organizada- incluye el tratamiento individualizado de las cárceles más significativas -Ventas, Saturrarán, Palma, Les Corts- verdaderos universos particulares alojados dentro del más amplio de la represión femenina franquista. [...] (Leer más)
Vicerrectorado de Cultura. Universidad de Valencia


[...] La entrega de la villa a los sublevados se tradujo en un hacinamiento monstruoso por lo que se refiere a los lugares de reclusión. Ventas, concebida para albergar un máximo de 500 reclusas se vio desbordada por más de 3.500 ingresos, casi todos políticos, y eso que el franquismo siempre negó su existencia puesto que a los vencidos jamás se les aplicó ni los beneficios militares ni políticos, aunque siempre fueron distinguidos de los delincuentes comunes según la legislación franquista. Las mujeres recluidas en Ventas, prostitutas según la terminología de los vencedores, sufrirían en sus carnes la dureza de la represión del régimen. Desde las ejecuciones sumarias a las vejaciones más inhumanas pasando por las más terribles torturas, pues las mujeres sufrieron el triple estigma de su condición sexual, militante y opositora. Este aspecto delata directamente el alcance de la represión franquista: presas sin cargos, otras con acusaciones marcianas y otras por el mero hecho de ser parientes de militantes antifascistas. Si éstas eran las causas de ingreso no debe extrañar el trato y las condiciones higiénicas sufridas: 84 fusiladas documentadas, incluso algunas de ellas embarazadas -el autor asegura con razón que la cifra queda corta- y menores de 21 años -siete de las Trece Rosas-, 81 muertes por enfermedad, un suicidio (p. 226), ausencia de agua potable, partos sin asistencia médica, hasta 13 reclusas compartiendo celdas diseñadas para dos, mujeres abarrotando escaleras, pasillos, duchas; menores de edad mezcladas con ancianas, ratas por doquier, etc.[...]

Ricard Camil Torres Fabra

sábado, 24 de mayo de 2008

Mujeres encarceladas. La prisión de Ventas: de la República al franquismo