En 1939 dos maestros republicanos se conocieron en la cárcel madrileña de Porlier (un colegio habilitado como prisión); uno daba clases en Móstoles y el otro en Arganda. El 24 de junio de ese año, cuando Gerardo Muñoz esperaba la visita de su mujer y sus cinco hijos, lo sacaron para fusilarlo. Y allí quedó su compañero, que vería de frente los fusiles el 23 de noviembre de ese mismo año. Concepción Aparicio y Celia Muñoz, hijas de aquellos hombres, se han conocido estos días en unas jornadas de homenaje a los maestros republicanos que han organizado el Partido Socialista de Madrid y la Federación madrileña de Enseñanza de la UGT. (Leer más)
JUAN URRUTIA BUITRAGO (03-04-43)
Hace 3 meses
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