viernes, 30 de mayo de 2008
Del olvido a la memoria: Presas de Franco.
Del olvido a la memoria: Presas de Franco
Jorge Montes Salguero, Subdirector General de la Biblioteca Nacional, responsable de la dirección histórica de este documental en el que 10 mujeres republicanas recuerdan su calvario en las cárceles franquistas, hace alarde de su protagonismo en este trabajo, en el que la autenticidad de los testimonios de nuestras compañeras: “Algunas le pusieron cuñas en las uñas; a mi cuñada corrientes en los dedos y en los pezones; a algunas las han violado”; “como primero pegan y después preguntan, me pegaron”. “Peque, nos han puesto pena de muerte. Yo le dije: pero, Virtudes, ¡te conmutarán!”, son de agradecer. (Leer más)
La Junta de Defensa de Madrid
Musa Redimida
Prisión de Torrijos
jueves, 29 de mayo de 2008
A mi esposo (Aurelia Maestro Muñoz Martínez)
y acostada en mi petate
recuerdo nuestro cariño
soy feliz en ese instante.
También recuerdo esos días
que todos juntos con padre
vivíamos tan felices
¡ qué horas tan inolvidables!
¿Volverán, yo me pregunto?
Si Dios quiere no muy tarde
un día de S. José,
día de gloria y de fiesta
cumpleaños de mi esposo
sólo en él mi mente piensa.
En este día tan grande
poderle besar siquiera
mas tengo que conformarme
pues me encuentro prisionera.
Paloma tu que has buscado
para colocar tu nido
las piedras frías y tristes
del patio de mi presidio
llevadle felicidades
a mi esposo tan querido.
19 de Marzo de 1941
Aurelia Maestro-Muñoz Martinez
"Recuerdo muy bien que me enteré de que había muerto en la cárcel fascista de Ventas casi al final de la vida del general F.F. Bahamonde. Yo debería tener por entonces unos 13 ó 14 años. La noticia me impactó verdaderamente y, desde ese día, el régimen fascista pasó de ser una reunión de asesinos anónimos a convertirse para mi en un conjunto de esbirros desalmados y bien conocidos que habían asesinado a mi abuela. No murió fusilada, no. Para ella y para muchas otras más se reservaba algo más sofisticado, que era morir lentamente de frío, de hambre, de enfermedad no atendida, de soledad y de pena. Lo hicieron también con Miguel Hernández, lo ensayaron con muchos otros más y hasta se fijaron en las depuradas técnicas de exterminio de sus amigos alemanes nacional-socialistas. Mi abuela murió en aquella cárcel siniestra, rodeada de sufrimiento suyo y de sus compañeras. Murió bajo los contínuos malos tratos de las monjas gobernantas de aquel presidio de exterminio. Murió escuchando cada noche los disparos de los asesinatos en las tapias del cementerio del Este. Sólo tengo un recuerdo de ella. Pero es un tesoro que quiero publicar en el foro. No es una carta (como cabría esperar) reclamando justicia o exigiendo la caída del gobierno fascista ilegítimo. Es un poema de amor. Mi abuela, una mujer fuerte que se vino a Madrid en torno a 1927 desde su pueblo natal, Mora de Toledo, murió añorando a su marido y sus días juntos de libertad. Le quitaron todo entre 1940 y 1941. Pero no sólo a ella, porque también me lo quitaron a mi. Me quitaron el derecho a conocerla y a saber todo lo que me tendría que haber podido contar. Me robaron uno de esos besos de los que ella habla en su poema de amor."
(...) Las pastas de la pequeña libreta tienen un alma de papel más grueso, que es una carta que le envió su hermana a principios de 1941. La libreta consiste en cuatro pequeños folios dobles plegados por su eje de papel basto aunque de poco grosor. La libreta tiene bordada la palabra "Felicidades" en hilo blanco sobre fondo negro en una de las pastas y el nombre de su esposo en la otra.
Los diarios de José Manaut
Marzo 1944.
Adiós a “Porlier”- Carbanchel, próxima prisión.Te perdiste en el pasado: ya eres Historia, ¡edificio monótono y sombrío, galerías inmundas, patios inhóspitos! Almacén de hombres doloridos, depósito rebosante de carne humana, morada del “garrote vil”. La Muerte, tu amiga, habitó durante muchos años tus muros clericales, construidos para envenenar mentes juveniles. Ahora la legión de los excelsos parias, de los forzados, te abandona.Tu recinto hablará al mundo de infinitas torturas.Aunque vuelvan a habitarte las negras sotanas; aunque los grajos aniden otra vez con su revoloteo duro y pesado, y suenen sus graznidos siniestros, aunque te revoquen, pinten o modifiquen, en tanto que tus muros sigan en pie continuarán rezumando sangre, y el eco de los ayes de dolor y los suspiros de angustia se escucharán siempre.
José Manaut
El desastre de los Archivos
Parece sencillo pero el enfoque automático de las cámaras digitales suele "distraerse" en definir cualquiera de las múltiples manchas de colores con las que los hongos suelen decorar el documento (circulitos rosas en el ejemplo de la foto). Muchas hojas apenas pueden despegarse después de soportar años de humedad y pésimas condiciones de conservación.
Las autoridades no pueden mirar para otro lado ante la irresponsable gestión de sus archivos, siendo necesaria una respuesta urgente ante esta barbarie consentida.
Informe Amnistía Internacional 30-03-2006
miércoles, 28 de mayo de 2008
El otro Alberti, "mal poeta"
Sepulturas de cuarta
Sepultura de Antonio Ballarin Lorente en el Cementerio del Este.
Año 1941.
martes, 27 de mayo de 2008
Calabuig
¿Sabéis por qué muero yo fusilado?" (Julián Rodríguez Gálvez)
"¿Sabéis por qué muero yo fusilado por el fascismo?. Pues sencillamente por tener fuertemente arraigada en el corazón una idea, por la que hemos luchado. Porque a vosotros y a todos los demás niños les estuviese permitido el disfrutar durante su infancia, que pudieseis comer, tener juguetes, poder ir al cine y al circo, porque no sufrierais al ver comer a otro niño una golosina, que tuvierais colegios donde os preparasen para estudiar después una carrera o tener un oficio que os permitiera se útiles a las familias y a la humanidad. Hemos luchado para que los trabajadores, todos, tuvieran mejores condiciones de vida, para que no sufrieran privaciones, para que tuvieran asegurado un jornal que les permitiera vivir decentemente a ellos y a sus familias, para que no muriesen fatigados por el trabajo que hacen al beneficio de un grupo de privilegiados que cree que el dinero les da derecho a depender de las vidas y haciendas de los demás, para que los campesinos no lleven una vida tan miserable y labren para si mismos las tierras que en la actualidad trabajan para el terrateniente. Hemos luchado para que en todos los rincones de España haya escuelas de donde pudieran salir los sabios del mañana, los médicos, ingenieros, arquitectos, maestros etc... que conjuntamente con obreros y campesinos hiciesen la prosperidad de España y sus habitantes.”Julián Rodríguez Gálvez
El capellán
(...)D. Pablo Sarroca Tomás de cincuenta años, (...) de profesión Capellán y de estado soltero, falleció en este término el día 13 de noviembre de 1940, a las siete horas y treinta minutos a consecuencia de shock traumático producido por arma de fuego según resulta del informe médico y reconocimiento practicado.(...)
Esta inscripción se practica en virtud a Ordén superior. Y para que conste y a petición del Juzgado Militar Especial de la Capitanía General de la primera Región Militar expido la presente (...)
A mis amigos tintoreros (Felipe Sánchez Sierra)
Ana Faucha
un puñado de de carne consumida,
arrebujada y sola en el silencio,
que murió de rodillas -me contaron-
crucificada sobre un leño de llanto,
con mi nombre de hijo entre sus labios,
pidiendo a Dios el fin de mis cadenas."(...)
a los católicos. Marcos Ana.
lunes, 26 de mayo de 2008
Amós Acero frente a dos juicios paralelos
Quien estudie atentamente los expedientes judiciales que se incoaron contra el que fue el primer Alcalde democrático de Vallecas, no solo podrá percatarse del funcionamiento vengativo y descaradamente injusto de los tribunales fascistas, o de la especial utilización del lenguaje como medio de implantación y consolidación de un sistema dictatorial, todo ello habitual y lamentablemente reseñable en los Tribunales Militares de la postguerra.Vengativo y descaradamente injusto por cuanto la mayoría de los testimonios se prestan de oídas, o forzados por presiones a los declarantes, o sencillamente recogiendo opiniones de cualquier testigo adecuadamente motivado, llámese falangista, derechista o militar nacional adepto al régimen franquista, o sencillamente asustado y deseando sobrevivir.
Y en cuanto al lenguaje, desde la trastocacion del adjetivo "rojo" como sustantivo insultante y peyorativo, o el anteponer el despectivo "el" al nombre de los acusados (El Acero", el Julián Vinagre), y el tratamiento de "Señor" a los demás, pasando por la inserción constante de pautas lingüísticas ensalzadoras del nuevo régimen, como el archiconocido "Glorioso Alzamiento", eufemismo habitual a la hora de denominar la rebelión contra la República elegida por votación unos meses antes. Pero el lector del papeleo legal que deja constancia burocrática del proceso que
concluyó con el fusilamiento de Amos Acero, puede además encontrase un hecho curioso, que no es otro que a este "reo" se le siguen DOS procedimientos al tiempo, en forma paralela.
Sin entrar en el análisis exhaustivo de esta documentación, que conforma parte de un trabajo más extenso sobre esta figura reconocida y respetada por todos sus conciudadanos, y que constituyó ejemplo de honradez, de bien hacer y de preocupación coherente por los vecinos de Vallecas, tanto como municipe como maestro o como vecino, plasmaré algunas notas de los citados expedientes, especialmente una larga exposición de descargo del acusado que seguramente nunca fue atendida.
Periodistas represaliados
Artículo de Eduardo de Guzmán. (leer más)
Las mujeres de los rojos
Quisiera escribir un himno
a un pobre racimo humano
las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos,
para las que no hubo escape,
para las que no hubo barco.
Las que nos quedamos solas
con sus hijos en los brazos,
sin más sostén ni más fuerza
que el que daba el estrecharlos
como prendas de un amor
contra nuestros pechos flácidos.
Todos perdimos la guerra,
todos fuimos humillados,
pero para las mujeres
el trance fue aun más amargo.
Largas colas en Porlier
con nuestros pobres capachos.
Caminatas bajo el sol
con los pies semidescalzos.
Caminatas sobre el hielo
tiritando en los harapos.
Largas, duras caminatas
en busca de algún trabajo.
Cansancio y humillación
si lograbas encontrarlo
y si no lo conseguías,
humillación y cansancio.
Por el pan de nuestros hijos,
siempre un combate diario.
¡Esos días siempre solas,
esos días largos, largos,
que fueron semanas, meses,
que fueron tanto, tanto que,
entre dolor y entre lágrimas,
se convirtieron en años!
Nuestros hombres en la cárcel,
nuestros hombres exiliados,
nuestros hombres cada día
cayendo como rebaños
en manos de furia ciega
de matarifes fanáticos.
Y las mujeres seguimos,
a nuestro modo luchando
y esa guerra, sólo nuestra
esa guerra la ganamos.
Los hijos de nuestros hombres
quedaron en nuestras manos
y supimos inculcarles
un culto casi sagrado
por los muertos, los ausentes,
los padres que les faltaron.
Se los pusimos de ejemplo
porque siguieran sus pasos
y logramos convencerles
de que eran buenos y honrados,
aunque en la calle, en la escuela,
les dijeran lo contario.
Éramos pobres mujeres
y supimos elevarnos
sobre el dolor, sobre el miedo,
sobre el hambre y el fracaso
y criamos nuestros hijos
dignos de sus padres, bravos;
serios, dignos, responsables.
Los íbamos cultivando
pilares para un futuro
que aún parecía lejano
y en el que siempre creímos
con los puños apretados.
Quisiera escribir un himno,
grande, estupendo, fantástico,
de pobres mujeres débiles
con heroísmos callados,
de esfuerzos y sufrimientos
que eran el vivir diario
y, que a pesar de ello supieron,
con un esfuerzo titánico
ir manteniendo la llama
de amor al padre lejano,
al padre que estaba preso
o al que habían fusilado.
Yo quisiera a voz en grito
poder entonar un cántico
que dijera todo eso,
que bastante hemos callado.
las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos
creemos tener, al menos,
el derecho de contarlo.
Consuelo Ruiz
Francisco Garrigós
La última carta (Arturo Lodeiro Sánchez)
Madrid Clandestino
domingo, 25 de mayo de 2008
Un cantar madrileño
el aparato alemán,
o italiano cierne el vuelo
echando sacos de pan.
El pueblo lleno de ira
responde esta infamación,
y le dice al que lo tira
lleno de indignación:
¡Canallas!, ¡groseros!
que al pueblo dais metralla
y desde arriba observáis
y veis que aquí pisoteamos los panes,
porque así rechazamos
vuestra acción criminal.
Este pan será quemado
probarlo sería cruel
y ante este favor mezquino
nadie se vende por pan
por que el pan de un asesino
ni los perros comerán."
Nos envían esta letra desde Venezuela y nos cuenta la amiga que nos la manda que su madre la cantaba continuamente. Lástima no tener la música, seguro que alguien más la recuerda.
¿Nada más?
Se comentaba que el estraperlo de Madrid se abastecía de alimentos detraídos en gran parte de cárceles y cuarteles. Determinar el destino de los camiones o los beneficios de la operación no estaba en nuestras manos. Lo probable es que los interesados formaran cadena para encubrir el robo a distintos niveles. Los presos, en todo caso, no dudaban de que el jefe del destacamento llevaba una parte. Este jefe, religioso y adusto, no se hallaba para suerte suya desprovisto de toda sensibilidad. Recuerdo, por ejemplo, que me contó a la puerta de su casa el horror que sintió en determinada ocasión. Siendo él, en los primeros años de la posguerra, simple funcionario en la mal afamada cárcel de Porlier cada anochecer se llamaba a los presos que debían ingresar en capilla. De su encierro, saldrían a la mañana siguiente para ser fusilados. El cura de la prisión presenciaba el acto puesto que tenía que ofrecerles sus oficios durante la noche. Un día, la lista no pasó de once. Recuerdo con exactitud la cifra. El más adelante jefe oyó estremecido al cura preguntarle al acabar la lectura, fríamente: “¿Nada más?”. El malestar que la pregunta le provocó, agravado por su condición de creyente y arrastrado en silencio por años, rescataba, finalmente, como ser humano a este miembro del aparato represor frente a la aspereza del cura insaciable.
Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez
Decidme cómo es un árbol
Consejo de Guerra
La obra se abre con una cita de Antonio Muñoz Molina: «La memoria españoles un campo minado en el que nadie quiere internarse». Ciertamente si los historiadores servimos para algo es precisamente para hacer estudios como el que publican Mirta Núñez y Antonio Rojas.
La investigación se ha realizado bajo el patrocinio de la Fraternidad Democrática de Militares del Ejercito de la República. Se basa en la consulta de los registros del cementerio de La Almudena de Madrid completada en el Archivo Judicial Militar, no sin dificultades como señalan los autores y también a través de un formulario difundido entre los miembros de la Asociación de Ex-presos y Represaliados Políticos. También se basa en una serie de obras biográficas y autobiográficas además de testimonios personales.
Los autores han consultado también el archivo del PCE y el del Centro de Investigaciones y Estudios Republicanos, entre otros.
Después de plantear el estado de la cuestión de la historiografía sobre la represión y de describir lo que fue la represión en Madrid, los autores analizan la actuación de la justicia militar. El texto se completa con un capítulo dedicado a los fusilamientos en el cementerio del Este y otro dedicado a las mujeres que recoge los testimonios de algunas heroicas supervivientes.
La obra cuenta con un impresionante apéndice documental donde se establece el número de fusilamientos día a día en el cementerio de la Almudena, una relación cronológica de fusilados desde el 6 de mayo de 1939 hasta el 4 febrero de 1944 y una relación alfabética de fusilados.
Se enriquece también este libro con algunas fotografías reproducción de documentos y, sobre todo, unos estremecedores dibujos de José Robledano Torres tomados del natural en las prisiones.
El trabajo de la profesora Mirta Núñez y del doctor Rojas Friend es una aportación preciosa para conocer aquel periodo de la Historia de España que nunca debería volver a repetirse y que muchos quieren desdibujar y mantener en el olvido.
Madrid de la posguerra
Reseña de Agapea Libros urgentes
Saca del 3 de Julio de 1941
Arminio Sánchez, Eugenio
Ascanio Moreno, Guillermo
Barahona Pérez, Fernando
Bares Liebona, Manuel
Calvo Moreno, Raimundo
Girón García, Domingo
Labarga Carballo, Godofredo
López Poveda, Eladio
Manzano Cobantes, Federico
Mesón Gómez, Eugenio
Paredes García, Germán
Salido Peña, Gabriel
Sánchez Vázquez, Pedro
Suárez Montero, José
"En el Cementerio del Este de Madrid, cuartel 93, hay dos tumbas colectivas, 45E y 45F, y sendas lápidas, cada una con seis nombres y una fecha debajo, la misma en las dos: el 3 de Julio de 1941. AIIí están enterrados mi hermano mayor, Pedro Sánchez Vázquez, y otros once comunistas, compañeros y amigos suyos. Ese día fueron fusilados por el régimen de Franco, después de haber sido condenados por un consejo de guerra en el "juicio" conocido entonces en Madrid como el del "expediente de la Junta de Casado". La mayoría de estas personas eran mandos y comisarios de una división del Ejército republicano del Centro en los últimos meses de la guerra civil. Todos eran chicos jóvenes. Creo que el mayor era el comandante de la división, Guillermo Ascanio; mi hermano, comandante de brigada, tenía 26 años en 1939. Entre ellos había muy conocidos dirigentes comunistas y de las Juventudes Socialistas Unificadas, como Domingo Girón y Eugenio Mesón."
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