Como le
dijo su mujer a Vicente González – “…no has hecho nada malo, no tendremos nada que temer…”
compartiéndolo decidió quedarse y el mismo día 28 de marzo de 1939 entran en su
casa representantes políticos de las tropas “Nacionales” para formar un nuevo
gabinete para el Ayuntamiento. Es nombrado nuevo Alcalde Presidente por la
Comisión Gestora elegida por el Jefe Militar del Ejército de ocupación, Antonio
Lobo González. Como anécdota señalar, que la pistola que Carrizo poseía en su
casa como Comandante (todos los alcaldes lo eran en la zona republicana) se la
regaló a su futuro sustituto en la alcaldía a petición de éste por la amistad
que se tenían .A los pocos días es detenido y llevado a la prisión del pueblo (
cárcel del Partido), que se encontraba junto al actual mercado en la calle las
Pozas de San Lorenzo de El Escorial. Aquí comienza su cautiverio. Después es
llevado al convento-cárcel de Las Carmelitas, en donde coincide con multitud de
presos republicanos.
Posteriormente
es juzgado en “El Casino” en la calle del Rey, Carrizo no quiso abogado (En
éste su primer juicio), alegando que se defendería el solo. Fue sometido a
Consejo de Guerra sumarísimo, la petición fiscal fue de pena de muerte y el Consejo
falló condenándole a 30 años de prisión, siendo trasladado al penal de Cuellar
(Segovia). Desde allí intenta mantener una fluida correspondencia con su mujer
e hijos, a éstos les mitiga el sufrimiento de que no puedan ver a su padre
contándoles historias fantásticas en donde disfraza con el especial genio
literario la cruda realidad.
Pero al final se impuso la cruda realidad:
“Querido Gaspar: En mis últimos momentos haz presente a la pobre Pilar que mis recuerdos son para ella y todos los míos. Besos y abrazos de Vicente . Nota. Ven el jueves a recoger mi maletín y mantas.”
(Carta escrita por Vicente González Carrizo a su cuñado el día antes de su fusilamiento.)
(Carta escrita por Vicente González Carrizo a su cuñado el día antes de su fusilamiento.)
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