Gerardo Muñoz dedicó estos versos a su
esposa María:
"Cuando
esto vean tus ojos
yo dejé
de existir
para
todos
pero no
para ti...
La
maldad de los hombres
hizo
presa en mis carnes;
padecí
los horrores
del odio
y la barbarie.
Sana y
honestamente
vivimos
nuestra vida.
Digno
llegué a la muerte;
con
honra, sin mancilla.
Nuestra
canción eterna
no se ha
de interrumpir;
tú vives
en la tierra:
yo
siempre vivo en ti."
Gerardo
Muñoz.
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