Hace ya muchos años, que familiares y compañeras de los fusilados por el franquismo el 5 de agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este, acuden a primera hora de la mañana al lugar para recordar en compañía, llevar flores frescas y entonar los himnos que cantaron juntos con la misma ilusión y esperanza.
Sobra explicar, que para los recién llegados en el tiempo, el mayor orgullo y aliciente en cada homenaje, es compartir el momento y los sentimientos con quienes fueron también víctimas del fascismo, sus compañeras y compañeros, sus descendientes, sus camaradas. Ellas y ellos son, con su tesón, quienes siguen manteniendo en guardia al burgués insaciable y cruel.
Por cada ausente puño que vale por cientos, como el de Rosario, parece surgir un nuevo centenar de voces cada año para recordarnos que, al contrario que el olvido y la fiesta, el reconocimiento y la lucha no tienen fin. Si están Concha, Nieves, Maruja, Carmen, Paquita,…, no es necesario seguir pasando lista. Estamos todos.
Hace pocos años que el PC asumió la organización de la cita del 5 de Agosto, además de como un obligado apoyo y reconocimiento a su militancia asesinada (la mayoría de los fusilados en aquella saca eran comunistas, incluidas las Trece Rosas), también como una ocasión más para demandar justicia para el resto de víctimas del franquismo. Es de agradecer.
Cada marzo, cada abril, cada agosto…, la gente idealista de bien, seguiremos acercándonos a los ardientes ladrillos de los restos de un muro que fue testigo inerte del asesinato de miles de ciudadanos, de millares de rosas, para seguir clamando justicia, memoria y libertad para todos.
1 comentario:
Gracias Eva. Me he vuelto a emocionar. Esta canción, junto con la Internacional y El Puente de los Franceses, componía la memoria musical de mi madre de esa época.
En cuanto a la foto, una delicia ver a Paquita con esa energía con su ramo de rosas.
Muchas gracias y un beso.
Salud y República
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