Cartas como estas aparecen cada día anunciadas en páginas de subastas, donde pueden ser compradas por coleccionistas o curiosos.
"Lote de cartas de un prisionero republicano" 60 euros.
Son una parte de la Memoria que seguramente ya no recuperaremos las familias.
Fueron celosamente guardadas durante años y ahora, que ironía, se pierden para siempre mientras miles de personas rastrean archivos en busca de cualquier dato.
¿Será imposible que documentos como estos pasen a manos de nuestros hijos?
Cuando la Memoria se convierte en souvenir, entonces, sólo entonces es posible subastarla.
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