jueves, 26 de junio de 2008

La generación del sacrificio. Ricardo Zabalza




«La generación del sacrificio» es el título del último libro de Emilio Majuelo, en el que el historiador, escritor y profesor navarro repasa los años de la II República y la Guerra del 36 a través de la vida del sindicalista Ricardo Zabalza. Se trata de la primera biografía dedicada a la figura de este político de izquierdas, que fue fusilado en 1940 por defender sus ideales. (Leer más)

martes, 24 de junio de 2008

"A su esposa" (Ricardo Zabalza Elorga)


"Febrero 24-1940.


Mi queridísima Obdulia:

Unos renglones para darte una mala noticia. He sido juzgado por los tribunales correspondiéndome la última pena. Ignoro cual será mi suerte, pero vale más estar preparado para lo peor. Los antecedentes de otros amigos, no son para sentirse demasiado optimistas y yo he mirado siempre esta eventualidad con valor y serenidad y así deseo que lo hagas tú. Tienes una labor grande que cumplir al lado de nuestro hijo que es el criarlo y educarlo sí -contra las esperanzas que todos podamos formularnos- Me tocará a mí estar eternamente ausente de vuestro lado. La vida es lucha y el perderla no es más que un accidente en el combate. Por eso hay que estar siempre listos para afrontarlo.

Os escribo estos renglones a vuela pluma. Los ampliaré más adelante con nuevas impresiones, ¿optimistas? ¿pesimistas? Veremos. Recibe muchos besos de quién ahora es tuyo y de nuestro pequeño.



Carta de capilla enviada por su hijo D. Abel Zabalza Bermejo.

domingo, 22 de junio de 2008

Festivales en Porlier

23 de Noviembre de 1940. Prisión de Porlier.


Recortes publicados en los años 1939 y 1940.





La amplia trayectoria profesional de escritores o actores reconocidos como en este caso Eugenio Casals, hicieron que las autoridades de Porlier no prescindieran de ellos a la hora de poner en funcionamiento "festivales" y todo tipo de actividades de propaganda. Estos recortes es posible que pertenezcan a "Redención", la publicación que editaba el Patronato para la Reducción de penas, y organizador principal de estos actos en los que participaban los reclusos que formaban el cuadro artístico de la prisión.
Enviados por Pedro Delgado (bisnieto de Eugenio Casals)

jueves, 19 de junio de 2008

El héroe de Morata

CELESTINO GARCIA MORENO from tino calabuig on Vimeo.



Habla Líster en "Memorias de un luchador" (GR01): "Del 15 al 25 de diciembre de 1938, el V C.E. se bate desde Montblanch al río Llobregat. Cerca de Santa Coloma de Queralt los italianos atacaban al tercer Bon. de la 9 BM. Delante llevaban 15 tanquetas. En ese momento surge el héroe: se llama Celestino García Moreno. Es un campesino de Morata de Tajuña y cabo de la Sección Especial de la 9ª Brigada de la 11 División. Con el cinto rodeado de bombas, salta la trinchera, se lanza contra lo tanques, destroza tres y hace huir a los otros doce, regresando a nuestras líneas con cuatro prisioneros italianos: capitán Osvaldo Arpaia, teniente Mario Ricci, y sargentos Narino Rogioni y Nello Mangiacapra, pertenecientes al Reagrupamiento Carristi, agregado a la División Littorio que atacaba el sector".
Celestino García Moreno fue fusilado el 14 de junio de 1939, junto a otros 79 compañeros, en las tapias del Cementerio del Este.

El soldado y su perro


"Un soldado muy jóven iba con un perro, le dijo a mi abuela que se había alistado con él y que lo acompañaba en las trincheras y cumplía guardias en el frente, conocía todos los uniformes y sabía quién era leal y quién era enemigo. Viendo que la guerra ya estaba perdida, cuando se iban de retirada le pidió a mi abuela que se quedara con el perro "para que al menos él sobreviviera". Mi abuela lo cuidó y al terminar la guerra empezó el hambre, los hombres de la casa presos y tres chicos pequeños que mantener, solo mi madre podía trabajar. Se iba a pié de pueblo en pueblo haciendo permanentes y cortes de pelo a cambio de comida, traía chorizo, pan, lentejas o lo que le dieran. El perro pronto se dió cuenta del hambre que pasaban todos y también se fué por su cuenta a través de pueblos y montañas a buscar comida, comía lo que encontraba y también robaba para traer a casa, a veces después de varios días llegaba con un gran pan en el hocico o con botes de aceite entre los dientes. Lo que nunca se le olvidó fué los uniformes enemigos, no podía ver a la Guardia Civil, se volvía loco y mi abuela tenía que esconderlo porque ya estaba amenazado, "un día le vamos a dar un tiro a ese perro" le decían.
Quizá un día vea una foto de un soldado con un perro, era algo peludo y de color claro, o sepa de algún chico que se alistó en el ejército con su perro, se llamaba Sultán, quizá alguien lo recuerde. Son tantas y tantas personas que no dejaron rastro y que solo existen estas anécdotas para saber que vivieron, lucharon y quizá murieron por un mundo mejor."


Enviado por JUANA MORA (Foto AGA)

lunes, 16 de junio de 2008

El honor de las injurias



El honor de las injurias, narrado por el propio Garcí­a Alix y realizado en un 80% con material de archivo, es una producción de Guillermo Salafranca, de la productora No Hay Penas. A partir de “Nosotros los asesinos”, un libro del periodista anarquista Eduardo de Guzmán, Carlos comenzó a investigar en los archivos de la época su rastro.
El anarquista Felipe Sandoval (Doctor Muñiz) nació en los arrabales de Madrid en 1886 y fue albañil de profesión. Atracador de guante blanco, hombre de acción, fugitivo y verdugo de aristócratas. Doctor Muñiz, el enemigo público número uno"

sábado, 14 de junio de 2008

14 de Junio de 1939


14 de junio

¡Qué efímera tu noche,
qué eternas tus tinieblas!
Canta el pájaro negro,
llora la luna llena.
Este frío desertor
del invierno desvela;
tu calidez escapó
por sus ojos de seda.

Ciento sesenta manos
entre alambres esperan.
Ochenta puños miran
altivos de firmeza.
¡Qué efímera tu noche,
qué eternas tus tinieblas!
Canta el pájaro negro,
llora la luna llena.

Tomás Montero Aparicio (14-06-05)
A Tomás Montero Labrandero y sus 79 compañeros asesinados por los fascistas el 14 de junio de 1939


Aguilar León, Santiago
Aguilar Lorena, Eduardo
Alonso Martínez, Jacinto
Álvarez Casado, Luciano
Álvarez Garvit, José
Arellano Muñoz, Francisco
Arribas García, Rufino
Arribas García, Tomás
Arroyo Castro, Ángel
Aviñón González, José
Bajo Jordán, Eusebio
Barragán Pérez, Anastasio
Bonilla Domínguez, Ángel
Braña Santos, Timoteo
Cabito Medialdea, Francisco
Cabrera Sevillano, Rufo
Castro Martínez, Laureano
Cavero Corrales, Ignacio
Cristóbal Bueno, Escolástico
Díaz Sánchez, Fructuoso
Domínguez Ortega, Manuel
Fernández López, Antonio
Galán González, Eugenio
Galindo Zaldívar, Tomás
García García, Emilio
García Martínez, Eulogio
García Moreno, Celestino
Gómez Hermoso, Dionisio
González Huecas, Constantino
González Rodrigo, Eusebio
Gonzalo Portillo, Jesús
Guerrero González, Cándido
Guillén Ansola, Alberto
Guillén Ansola, Vicente
Hernández Gómez, Justo
Hernández Puerta, Vicente
Humanes del Olmo, Francisco
Jiménez Deopazos, Benito
Jiménez Malpartida, Ildefonso
Lage Fernández, Celso
López Hernández, Leocadio
López Manzanares, Eleuterio
Luna Camacho, Antonio
Martín Bravo, Agustín
Martín Gómez, Felipe
Montero Labrandero, Tomás
Moreno Castillo, Víctor
Moreno Madrid, Bonifacio
Navajas Manzanares, Gregorio
Ortiz Martínez, Manuel
Ortiz Ortega, Jesús
Palmero Fominalla, Ambrosio
Paniagua Delgado, Jacinto
Pavón Guerrero, Adelaido
Paz González, Victoriano
Peralta Lázaro, Enrique
Plaza Pinto, Eusebio
Ramírez de Antón-García, Antonio
Ramiro de Torres, Vicente
Rey Pérez, Francisco
Rodríguez Armada, Ramón
Rubio Escribano, Santiago
Rubio Mora, Fernando
Sahuquieros Nielfa, José
Salmerón Marín, Eladio
Samperio Milla, Santiago
Sánchez Paniagua, Calixto
Sánchez Serrano, Leandro
Santamaría Martín, Sebastián
Soler García, Gabriel
Tejedor Hernández, Maximino
Torres Barrios, Manuel
Torres Romero, Antonio
Trigo Ortega, Ángel
Valdeolivas de Diego, Fausto
Vargas Casado, Francisco
Villalba Fominalla, Julián
Villalba Sánchez, Basilio
Viñas Serrano, Candelo
Vizcaíno Maqueda, Gabino

lunes, 9 de junio de 2008

Las esposas de los presos



Entre los muchos retratos hechos en las cárceles madrileñas se hicieron también algunos a las esposas de los presos. El capitán Antonio Mora Mas pasó varios años en distintas prisiones tras acabar la guerra.

Este dibujo nos lo envía Juana Mora, es su madre, María López Maldonado, y está fechado en 1941.

domingo, 8 de junio de 2008

A su mujer (Francisco Garrigós Soler)

Francisco Garrigós, fue fusilado cuando ella era una niña y Rosa cuenta que en su casa nunca se habló mucho de ello pero un dia en una maleta aparecieron unas cartas recibidas por su padre cuando estaba en la carcel. En ellas un teniente Coronel Auditor agradecía "unas gestiones" que le habian salvado la vida. Pudo ser el hombre que protegió a Manuel Aznar, abuelo del expresidente de gobierno español.


"Muy señor mío. No sería bien nacido si olvidara que usted cuando estuve preso en octubre de 1936 [...] no vaciló en gestionar mi libertad hasta obtenerla, librándome quizá de las horribles matanzas del 7 de Noviembre [...] No le oculto que su situación es grave [...] Sin embargo, como no creo que que usted sea responsable directo de crímenes y en cambio me ha salvado a mí y tengo entendido que a otras personas, hay que confiar en el caudillo"...Sabemos que su padre era Jefe de Talleres de Tranvías. Y en la familia, nos dice Rosa, siempre se ha especulado con que su padre fue el encargado de evacuar en tren al abuelo del ex-presidente Aznar. Nosotros encontramos una foto que lo atestiguaba y en la que se ve a Manuel Aznar -de pié-, junto a Fco Garrigós -sentado-.

(Héroes de los dos bandos. Fernando Berlín. Temas de hoy. Ed. Planeta)


Carta a su mujer:

"Amada Antola,
ya todo se acabó para mí. Cuando ésta llegue a vuestro poder, ya no seré más

que un recuerdo.
Tened valor para llenad este golpe, que yo lo acojo con la tranquilidad de la conciencia de quien nunca ha faltado a su deber.
Muero pensando en vosotros y sed siempre buenos, como hasta hoy. Vosotros sabéis que mi nombre lo podéis llevar con orgullo porque siempre he cumplido y todos os habéis criado al amparo del trabajo y la honradez.
En este momento supremo no tengo de que arrepentirme. Y sólo vuestro dolor me produce pena.
Adiós, almas de mi alma, Antola mía. No os separéis nunca. Procura que nuestros hijos crezcan y se críen en el buen recuerdo de su padre, que para
ellos lo quiso todo. Adiós por última vez.
El último beso que os mando, recibidlo con serenidad.
Paco. 23 de Octubre de 1940."


Mis últimos besos (Eugenio Mesón Gómez)

Eugenio Mesón escribe a Juana Doña

"Querida Juani de mi vida y de mi corazón. Quisiera que jamás leyeses esta carta. Leída por mí mientras cariñosamente te tuviera en mis brazos, el dolor intenso que ahora te produce se hubiese transformado en suave e intensa felicidad. Sí, muñeca, lo temido ha llegado. Siento un peso terrible que me oprime el corazón al pensar que soy causa del mayor disgusto de tu vida, pero...yo no tengo la culpa y quiero que te lleguen como un bálsamo mis últimas caricias. (...)
Te dejo el orgullo de mi limpia historia revolucionaria, de mi nombre, querido hoy por las masas de la juventud madrileña, por los obreros, por los JJ SS UU (...) Dejo hecho el encargo de que no me separen ni después de muerto, de mis mejores amigos, camaradas y hermanos: Domingo y Guillermo. (...)
Quiero también que todos los años en el aniversario de mi fusilamiento me lleves un puñado de flores rojas. ¡Qué quieres, hasta en la hora de la muerte voy a ser mimosillo y caprichoso! Me las llevarás, ¿verdad?(...)
Muero orgulloso de dar la vida por mi pueblo y mi juventud. El saber que he cumplido con mi deber para con la JSU, el Partido y la Revolución invade mi corazón de felicidad y me da alientos sobrados para enfrentarme al piquete. Siento el orgullo de mi fidelidad a la juventud madrileña que me ha proporcionado su cariño. No hay nada tan grande para un joven, hijo de la clase obrera madrileña, como el honor de haber llegado a ser dirigente de la juventud más heróica, más valiente, más rica en sentimientos revolucionarios que hoy existe en toda España. (...)
Muñeca, son mis últimas letras y por tanto las más dolorosas. Me cuesta trabajo creer que ya no me miraré en tus ojos, que jamás volveré a estrecharte contra mi corazón, que mi muerte se acerca produciendo un vacío inmenso en tu alma angustiada. Pero es así. Hay que despedirse. ¿Qué decirte? Nada. Puedes figurarte la emoción que embarga mi corazón. Pero como conmigo la vida no acaba, terminaré como siempre.
¿Me quieres chatita? Yo, mucho, mucho, mucho...
Recibe mis últimos besos, que yo me llevo tus recuerdos y tus caricias a la eternidad de la muerte.
Te qui...so, no; aún te quiere.
Genio
Madrid, Cárcel de Porlier. 19 de Mayo"
(Querido Eugenio. Juana Doña. Lumen 2003)

Pero sus últimos besos serían en la misma madrugada de su fusilamiento en el Cementerio del Este:


Cárcel de Porlier (Madrid). 3 de Julio de 1941.

¡Ánimo Juani querida! Estoy en Capilla, aquí en la misma celda, Guillermo y Mingo. No llores, aprieta el corazón como lo aprietan diariamente millares de muchachas soviéticas que pierden la ilusión personal de su vida en los territorios de la frontera soviética. Sé que eres valerosa, y sobretodo comunista.
Muero con la tranquilidad de haber cumplido con mi deber revolucionario, de haber sido feliz contigo y, de haber permanecido siempre fiel a tu cariño.
En la amistad, en el cariño de los amigos y en Kuki encontrarás un bálsamo para curar la herida que hoy queda abierta tan profundamente en tu joven corazón. Y en la seguridad de que muero concentrado en un solo recuerdo, tu figura, la de nuestro querido hijito, y la bandera del Partido, que se ofrece victoriosa en tiempos muy próximos.
Juana Doña y Eugenio Mesón
Ayer nos decías que si queríamos flores enviadas por ti. Sí, llévalas allí, a la fosa común, donde caigan nuestros cuerpos, que es lo único que de nosotros pueden fusilar. Si llegas a tiempo, aunque esté frío dame un beso ¿quieres? Yo ya me llevo la esperanza y ¡estoy más contentito!
A madre, Valia, Pepito, Cheli, Antoñín, Kuki, cúbreles de besos. No quiero lágrimas ¡Acción, acción y acción!
Es lo que necesita la juventud y la clase obrera.
Para ti mis postreros besos, muñeca mía ¡Qué seas feliz!


Te quiere, Eugenio.






sábado, 7 de junio de 2008

Tribunal especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo





Conocido tradicionalmente como "Sección especial" conserva la documentación producida por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. El tribunal fue creado por la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, de 1 de marzo de 1940 (artº 12) que funcionó de 1940 a 1963. En 1971 los procesos seguidos durante su funcionamiento así como el resto de documentación que produjo fue trasladada a las dependencias de la Delegación Nacional de Servicios Documentales, que posteriormente llegaría a convertirse en el AGGCE.


El Alcalde de Madrid




Alcalde de Madrid. Diputado en las Cortes, Tipógrafo y Periodista.
Acusado y condenado por "auxilio a la rebelión" fue depurado profesionalmente, condenado a muerte y fusilado el 21 de mayo de 1940 en las tapias del Cementerio del Este. Andrés Saborit cuenta que “pudo morir tranquilo gritando a pecho lleno: ¡Viva el Socialismo!, porque no tenía culpas que pagar”. No se comunicó la muerte ni a su mujer ni a su hija que se enteraron posteriormente y de forma humillante, siendo su madre insultada por la directora de la prisión de Ventas, cuando le comunicó su fusilamiento. (Leer más)

"A su mujer" (Imanol Asarta Imaz)

Carta de Imanol Asarta Imaz a su mujer desde Porlier:

Mi queridísima Manoli: Ayer día 19, me anunciaron que al amanecer de hoy sería fusilado, pero fue suspendida la ejecución; espero acabar mis días de un día para otro. He hecho inventario de mis cosas para que te sean entregadas. No desesperes, cariño mío. Muero tranquilo y sereno, confiando en que el sacrificio de mi vida servirá para que en el porvenir no sufran los que nos sucedan las vicisitudes de nuestra generación. Inmenso es el amor que siento por ti y por nuestra querida Amatxo. Vuestra imagen me acompaña hasta la muerte. Durante toda mi vida he procurado ser buen hijo, buen esposo y buen padre. Como corresponde a un hombre de mi condición. No os dejo en herencia más que mi pasado de consecuente honradez, mi limpio apellido de comunista. Cuidadlo como las niñas de vuestros ojos; que él ilumine el camino que has de recorrer durante toda tu vida. Deseo no te dejes ganar por el dolor y la melancolía que pueda producirte mi desaparición. Eres joven todavía y el tiempo cicatrizará la herida de tu sufrido corazón. ¡Mi Manoli querida! No quiero que, por venerar mi memoria renuncies a tu juventud. Te quiero demasiado para desear tal cosa. Cuando te uniste a mí yo no pude ofrecerte esa felicidad risueña y apacible con que sueñan las muchachas de tu edad. Ese género de “felicidad” no nos pertenece; es totalmente contrario a nuestras aspiraciones. Cuando te uniste a mí, te uniste a un luchador con el que has compartido todas tus vicisitudes durante las accidentadas etapas de nuestro “idilio”. Procura forjarte en las enseñanzas de esta dura experiencia, pues las vicisitudes no han terminado para los que sobreviváis. Aconseja de esta manera a nuestra querida Luisita. Yo vigilaré desde los luceros, que no se entristezca demasiado: ya veis que yo conservo el buen humor. Mis postreros besos para todos y, en especial, para nuestra Amatxo, para ti, para Eusebi y Luisita.
Prisión de Porlier, 20-1-42

La Lucha es tu vida


El historiador Carlos Fernández Rodríguez ha querido reflejar en “La lucha es tu vida” la historia de esas nueve mujeres protagonistas del libro, Isabel Alvarado Sánchez, Concha Carretero Sanz, Cecilia Cerdeño Cifuentes, Pilar Claudin Ponce, Juana Doña Jiménez, Mercedes Gómez Otero, Carmen Moreno Berzal, Faustina Romeral Cervantes e Isabel Sanz Toledano. Mujeres adelantadas a su época al esfuerzo resistente de sus convicciones y lo que representaba el valor de ser mujer, en aquellos años oscuros.

viernes, 6 de junio de 2008

"¡Qué pase la viuda del acusado!"


El fiscal o ponente en los juicios militares era el elemento clave. Al ser en la mayoría de los casos la única persona con conocimientos jurídicos, su criterio tenía gran peso. Aunque no era quien debía dictar la sentencia, pocos presidentes de tribunal se atrevían a contradecir a un fiscal, sobre todo cuando se trataba de juicios políticos.
Fue en este tipo de juicios en los que hizo su carrera Fernández Martín. En 1938 se había aprobado la "Ley de Responsabilidades Políticas", que se puso en práctica en innumerables juicios militares contra civiles durante y después de la guerra. La ley calificaba de "rebelión militar" cualquier actividad en pro del "enemigo". Bajo el ámbito de aplicación de la ley no sólo estaban los combatientes republicanos, sino también funcionarios civiles de la República, enfermeras y médicos de hospitales de guerra, miembros de partidos y sindicatos o incluso trabajadores o voluntarios que hubieran realizado actividades como construcción de refugios antiaéreos, recaudación de fondos para huérfanos de guerra, confección de material militar de cualquier clase (armas o ropa de abrigo), etc. En definitiva, la mayor parte de la población de los territorios que hubieran estado bajo control de la República durante la guerra. Se inauguró así una época de terror en la que se intentaba desesperadamente conseguir certificados de adhesión al régimen (cartas expedidas por curas, militares, miembros de la falange o personas cuyas simpatías franquistas eran conocidas), certificados que a veces se conseguían a cambio de denunciar a familiares o vecinos, con fundamento o sin él.
Cientos de miles de personas fueron juzgadas de acuerdo con la Ley de Responsabilidades Políticas, y en la mayoría de los casos condenadas a muerte. Fernández Martín, que además fue jefe del campo de concentración de prisoneros políticos en Badajoz, actuó en buena parte de estos juicios. Las vistas se convocaban de un día para otro. Fernández Martín exponía rápidamente sus acusaciones e invariablemente pedía la pena de muerte. Los acusados estaban asistidos generalmente por defensores militares sin ninguna formación jurídica, que veían al acusado por primera vez en el propio juicio y que poco podían hacer, en caso de querer hacer algo, ya que los tribunales militares no disimulaban su condición de organismos de represión política pura y dura en los que la sentencia estaba decidida de antemano. Su función era exterminar a todas las personas susceptibles de generar conflictividad social o política, la misma que tuveron las famosas desapariciones en Chile o Argentina décadas más tarde, sólo que en España se hizo de modo abierto, con apenas una leve apariencia de legalidad, quizás porque la opinión pública mundial estaba atenta al desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y no prestaba apenas atención al régimen de Franco. En los juicios en los que actuaba Fernández Martín se hizo habitual una broma de su invención; los bedeles gritaban a los familiares de los presos: "¡Que pase la viuda del acusado!", y el tribunal reía el chiste. Las sentencias se dictaban y se ejecutaban de inmediato. (Leer más)

El "oro" de las cárceles

Un impostergable grito de la conciencia me obliga a destapar la cruda herida.
Sacudid un poco vuestro sueño sereno, amables compañeros, y oíd esta verdad horrenda: España entera es ahora una cárcel y un matadero. Pongo la mano sobre el pecho, encima de mi corazón herido la pongo para gritar el dolor de España: allí, los hombres constituidos en autoridad asesinan al abrigo de las leyes. Las leyes de este flamante Estado Español sostienen el crimen, lo requieren, lo implantan como sistema. Abrid bien vuestros ojos y poned atenta oreja a lo que digo: en este instante, centenares de hermanos en desgracia, millares en toda España, caen sacrificados cobardemente al golpe de esa inmensa e innoble cuchilla del Estado. Hombres y mujeres, sin distinción de grado alguno, sucumben bajo este código de exterminio. Allí ya no hay garantías para la madre, ni para el niño, ni para el anciano. Constituye un peligro inmenso sacar el pecho al viento y respirar en el libre aire de Dios. En una continua zozobra rebulle el pueblo perseguido. Extraviado por los caminos de la patria sangrante, mustio, desgarrado ambula el glorioso pueblo de España.Mentira, odiosa mentira la de querer dar entender que nuestros muertos son gente despreciable y vil. Los elegidos para la muerte pertenecen a las más puras inteligencias de España, a sus más altos y nobles corazones. Allí se asesina en nombre el Cristo humano y piadoso, y este crimen inmenso, este desafío a los principios evangélicos clama justicia al cielo. En nombre de Dios poderoso se santifican los asesinatos colectivos y este espantoso oleaje de sangre es una ofensa echada al rostro purísimo de la justicia divina. Grito lo que en pleno corazón me quema como una brasa viva, lo que en tres meses y medio de prisión he visto con horror. Digo el espectáculo macabro de Porlier 54, cinco mil presos en una cárcel estrecha, sin aire, sin agua, sin luz del sol. Cinco mil presos movidos noche y día como un arreo de mulas por el látigo. Albañiles, carpinteros, trabajadores de la tierra, militares, abogados, médicos, periodistas, magistrados, ex ministros, diputados. Gentes de todas las profesiones y oficios, atropellados en su más noble esencia humana. Las manos y las inteligencias más puras de España sucumbiendo bajo la opresión ignominiosa de estas hienas sedientas de sangre. “En dónde tenéis el oro de España” preguntaban los jueces a Besteiro. “Lo tenéis vosotros en vuestras cárceles”, respondió el político. Y es verdad. Ahí está toda la masa , la verdadera riqueza de la patria, ahí están las manos que hacían el blanco pan español, las que elaboran el mejor aceite del mundo, las que por siglos y siglos sostuvieron e hicieron florecer la hermosa tierra española. Ahora se pudren en la inaccíon y bajo la furia de sus carceleros son como espectros o sombras miserables. No pongo en lo que escribo ni una nota más de lo que he visto. Os hablo como el que viene de ultratumba. Ciento siete días inmundos, largamente contados uno a uno, dan testimonio fiel de lo que digo. Nunca, nunca me arrancarán del pecho el asco que me producen tales verdugos. Arrugas de espanto y de indignación traigo en el alma. Cuatro cárceles tuvo la República de Madrid, en medio de la más azarosa guerra; treinta y siete tiene ahora Francisco Franco.Y qué barracones inmundos, qué infames pudrideros, una hora de agua en los grifos y ocho lavabos para quinientos presos, los piojos pululando por los cuerpos sin vida, el sudor, la mugre, el aire espeso de tabaco, los dos baldosines y medio de mezquina cama, los retretes repletos de inmundicia, las moscas pegajosas, la dignidad humana atropellada hasta las lágrimas, la bofetada en el rostro, el codo a codo en las galerías tenebrosas, la sopa de pan vinagre, las lentejas con tierra y gusanos, la sed en las gargantas resecas, el hambre como un garfio. Y Amancio Tomé, el energúmeno inspector de las cárceles de Madrid queriendo doblegar nuestro espíritu a fuerza de tormentos morales, a golpes de hambre y humillación. No te olvido, VI Galería de Porlier, con tus noches de lúgubre silencio, en que quinientos corazones se apretaban en una sola y vibrante esperanza: España libre. Allí la cárcel era inmunda, el muladar del hombre, pero la calle era la familia en la miseria, la casa de los préstamos, la vagancia de los hijos, la sucia limosna. Compañeros míos de reclusión, no olvido vuestros nombres, albañiles o intelectuales, a todos os acompaña mi recuerdo. Y menos aún te olvido terrible III Galería, espantosa antesala de la muerte. Desde aquí os veo, queridos compañeros, el codo en las rodillas y el rostro en las manos, candidatos seguros para el más allá. No olvido vuestras noches sin sueño, el chirriar de los hierros y todos los extraños ruidos de la noche como culetazos en el corazón. Y las horas de “saca”, con su solemne sonido de hielo, y el sudor mortal y la angustia unánime de cinco mil almas mirando a sus compañeros partir hacia la muerte.
Y después, la calle, el grito despavorido de las mujeres, el pobre corazón de las madres rompiéndose en astillas. Y vosotros compañeros flagelados, que llegabais de las comisarías con los pulmones rotos, echando sangre por boca y narices y enfermos o ya inútiles para toda la vida. Javier Bueno, como te recuerdo, espíritu de bondad, inteligencia y corazón superiores, leyendo a tu Garcilaso te sorprendió la muerte, pero sereno y digno, como un filósofo griego, te fuiste del corro de nuestros corazones. Y tú, Bernardo Sánchez, obrero metalúrgico, hermano mío, corazón de pan abierto: cinco hijos pequeños, una mujer enferma, una madre herida de muerte y un padre anciano quedan llorando tras de ti. Pero aun tuviste pulso de escribir: “Padre, muero con orgullo, después de mi muerte se derrumbarán los asesinos. Velad por mis pequeños que Mercedes les recuerde la tranquilidad de conciencia y de alma con que muere su padre.”
Por miles y miles se cuentan los asesinatos en toda España. Son casos todavía palpitantes los que recuerdo. Está fresca aún la sangre de las víctimas (...)

Juvencio Valle

jueves, 5 de junio de 2008

Rogelio Paje



ROGELIO PAJE ESCUDERO
Nació en Madrid en el barrio de "Chamberí " el 15 de Abril de 1915.
Sus recuerdos mas felices se remontan a su juventud, cuando salía al campo con sus padres y hermanos entre los años 1930 a 1934, a través de Salud y Cultura, organización creada por la UGT.
Ingresó a los 12 años en las Juventudes Socialistas, las cuales desarrollaban una política pacífica con el fin de ir edificando sus principios en la sociedad.
Celebró con júbilo la llegada de la República y su constitución democrática.
En 1932 las derechas se empezaron a radicalizar y asesinaron a sangre fría a Juanita Rico (compañera de Salud y Cultura) e hirieron gravemente a dos hermanos de ésta cuando regresaban de una excursión en el campo. Como consecuencia de esto y del avance del fascismo en España, sus ideales sufrieron un gran afianzamiento y se hizo miembro de las Milicias Socialistas, desde las que participó en la Revolución de Octubre del año 34 bajo las órdenes del que luego fuera en la guerra civil, el Teniente Coronel Tagüeña. Por estos hechos, fue condenado a más de cinco años de cárcel y una importante multa económica. Cumplió parte de esta condena en el penal de Alicante hasta que el Frente Popular ganó las elecciones en 1936 y hubo una amnistía.
Con motivo del intento de golpe de estado que provocó la Guerra Civil, estuvo defendiendo la Republica en varios de los frentes de la Sierra de Guadarrama, donde alcanzó la graduación de Teniente. En este proceso fue herido por primera vez de bala y más tarde por otras heridas causadas al volcar un camión al que sorprendió la artillería enemiga cerca de Lozoyuela. La capitulación le sorprendió en Loma Quemada .
Estuvo prisionero en Valladolid, posteriormente fue juzgado y se salvó por los pelos de las purgas franquistas.
Ilusionado con que las democracias acabarían pronto con el fascismo en España, fue prófugo del servicio militar para servir a Franco y tuvo una actividad clandestina notable para agrupar y ayudar a compañeros que se iban salvando de los asesinatos franquistas (nunca perdonó el cometido con las trece rosas entre las que se encontraba Julia Conesa) hermana de la mujer de su hermano Antonio Paje.
Mantuvo viva la celebración del 1º de Mayo acudiendo al Cementerio civil y la tumba de Pablo Iglesias a veces solo con dos o tres compañeros.
Organizó un grupo clandestino y se presentó a través del PSOE Histórico en el año 1977 con la candidatura de Alianza Socialista para Diputados en Cortes. Posteriormente se integró en el PSOE renovado y no quiso cargo alguno. Terminó sus días sin dejar de visitar a sus viejos compañeros Jubilados y Pensionistas de UGT. Fue querido por todo el mundo que le conoció y en sus memorias deja escrito: "Los que luchan políticamente, sean de una manera u otra de pensar, deben tratar de entenderse antes de llegar a matarse como hicimos nosotros, pues además de los odios y rencores que una guerra civil engendra, a la larga nadie es vencedor."
Falleció en Madrid el 30/12/2004

miércoles, 4 de junio de 2008

"Velada musical" en Porlier

ABC 23-11-1939

Cartas desde Porlier (Jesús Larrañaga Churruca)


Carta de capilla de Jesús Larrañaga a su esposa:

"Querida Carmen: Te escribo momentos antes de perder mi vida ante el piquete de fusilamiento. No sé cuando podrás regresar a España y leer mis últimas impresiones. Quiero decirte algunas cosas de interés. Siempre nos quisimos bien y colaboramos juntos. El hecho de que mi muerte nos separe no borra para ti, no prescribe, el cumplimiento de deberes que nos eran comunes y que, con gran dolor por mi parte, tendrás que cumplir ahora tú sola. Me refiero a nuestros hijos. Quiéreles como madre y atiéndelos solícita y cariñosa, pero, háblales de mi vida, de mi lucha, de mis ideales, de mi muerte… Ellos comprenderán mejor sus deberes como hombres. En estos menesteres te encontraras con ayudas valiosas de aquellos que son camaradas y amigos, a quien tanto debo yo. Es mi última voluntad la de que mis hijos mejoren con su esfuerzo y trabajo el de su padre; es mi deseo el que luchen por un mundo mejor, por una España llena de felicidad, de bienestar y de progreso. Di a Miren que tiene ya 15 años, a Eustaqui que tiene 14 y a Rosita que pronto cumplirá 8, que les quiero mucho y muero acordándome de ellos. Querida Carmen, hasta siempre. Besos y abrazos de tu esposo que te quiere. Madrid, madrugada del 21-1-42"

A su hermana.

“Querida María Josefa: Voy a morir dentro de unas horas y lo haré tranquilo y sereno como me corresponde. Debes estar orgullosa de mí. Muero como he vivido. Con la dignidad y la satisfacción que da el cumplimiento del deber. Cuida bien de los chavales. Quiéreles mucho, pero sobre todo edúcales en la misma línea que la de tu hermano. Y tú , que eres inteligente, entusiasta y buena, mejora tu trabajo, estudia y contribuye con tu esfuerzo a la causa que nos es común. Lucha, María Josefa por nuestros ideales, por Euskadi feliz, por una España digna del pueblo español. Fuertes abrazos de tu hermano que te besa."

Jesús Larrañaga Churruca fue fusilado el 21 de Enero de 1942.

martes, 3 de junio de 2008

Martina, la rosa número trece


Martina es un ser de luz....Y yo he escrito una historia de los que no tienen historia. Es el homenaje a una mujer que no llegó a cumplir los 23 años, pero no por culpa del cáncer o las fiebres tifoideas... La mataron, como a otros muchos mil, los ganadores de una guerra. Pero, a la hora de escribir este libro nunca tuve la intención de reivindicar nada. Tampoco, ánimo de denuncia. Es más, creo que si Martina hubiera vivido en los noventa, no hubiera militado en ningún partido... posiblemente se dedicaría a causas sociales(Leer más)

Los protagonistas de Spanish Earth fusilados en Madrid

Es el mismo pueblo, un sólido pueblo, el que lucha contra la sublevación. La batalla por el pan es la batalla por la libertad, y a la inversa. Con las armas y con la azada, el pueblo lucha de modo unitario por defender la tierra de España.
A través de los campos en que se desarrollaba la batalla del Jarama, Ivens y Hemingway son acompañados en estos dos momentos por los jefes de las Brigadas Internacionales Hans Dalile y Ludwig Renn.
Joris Ivens vino en 1937, corno iría después a casi todos los puntos conflictivos del planeta, para ofrecer un testimonio vivo y directo de la lucha de unas gentes aferradas al suelo, a sus campos sin regar, a sus ciudades devastadas por un enemigo técnicamente superior. Por todo ello, «Tierra de España», aun derrotada por una historia que todos conocemos, y junto a las emociones que pueda despertar hoy en nosotros, sigue siendo un hito ineludible en la historia del cine militante, del cine que, lejos de avergonzarse de ello, sabe muy bien que la única dignidad consiste en ponerse al servicio de una causa. De la causa heroica de un pueblo en armas.

JUAN ANTONIO PEREZ MILLAN (Leer más)



El pueblo de Fuentidueña, que se ve en el film armado de cotidianidad, aperos de labranza y espíritu solidario, fue duramente reprimido por el Ejercito de Ocupación. Es probable que muchos de los verdaderos protanistas de Spanish Earth acabaran sus ilusiones de progreso ante prisiones y paredones, como los sus 13 vecinos, que fueron fusilados en las tapias del Cementerio del Este.
Sus nombres:

Alonso de la Fuente, Florentino
Ávila Gonzalo, Jorge
Carralero Alonso, Crisantos
Díaz García, Santiago
Gonzalo Castillo, Olegario
Jaraba Pérez, Ambrosio
Jaraba Pérez, Jorge
Martínez Mora, Leonardo
Olmo Almarza, Gabriel del
Pérez Carralero, Eugenio
Picante Carpintero, Sinforoso
Salcedo Picante, Plácido
Terres Cabezas, Felipe Máximo

Médico prisionero de Comendadoras


Esta fotografía fue tomada en la torre de la prisión de Comendadoras en 1942. Es posible que alguién pueda reconocer y aportar algún dato de este prisionero republicano, del que sólo sabemos que era médico de profesión.

lunes, 2 de junio de 2008

Cartas desde Torrijos

"Luis Calandre Díaz de la Cebosa, de 21 años, natural de Madrid, sale de España a finales de 1938, desde Barcelona, y fue como tantos españoles internado en el campo de concentración de Arlegés Sur Mer en el sur de Francia.
Volvió a la España "Nacional", presentándose voluntariamente por Irún, el 9 de febrero de 1939, siendo inmediatamente internado en el campo de concentración de san Marcos de León. Posteriormente fue trasladado a la cárcel del Seminario de Ávila y, finalmente, a la prisión de Torrijos en Madrid el 4 de agosto." Estas son algunas de las cartas enviadas a su padre Luis Calandre Ibañez.









domingo, 1 de junio de 2008

Trece Rosas Rojas


Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Avelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que así se llamaban Las Trece Rosas, no habían cometido más delito que defender la legalidad republicana contra el alzamiento militar del 36 y todas, salvo Blanca, la mayor de ellas con 29 años y la única casada y con un hijo de 11, militaban en la JSU, en el PCE, o en ambas organizaciones a la vez. Ni eran protagonistas ni lo pretendían, aunque los acontecimientos les reservase ese papel.